Junto al Castillo de la Concepción de Cartagena se encuentra un antiguo torreón al que se accedía desde el interior del castillo. Antiguamente estaba coronado por un gran farol heredado de tiempos remotos y que, a modo de luminaria, servía de guía para los navegantes que, durante la noche, se dirigían a la entrada del puerto, ayudándoles a esquivar la gran laja de piedra que tantos naufragios ocasionaba a las embarcaciones.
Sirvió también esta linterna como torre vigía para controlar el tráfico marítimo de los bajeles piratas. Cada vez que se localizaba a una de estas embarcaciones berberiscas, se encendía la luminaria impidiendo a los invasores que se orientasen en la entrada del puerto. Muchas veces, se trasladaba el fuego de tal forma que se indicaba el camino equivocado y los navíos colisionaban contra la enorme losa de piedra.
Ya en época contemporánea, la gran losa fue volada parcialmente, sirviendo de anclaje para la construcción del muelle de la Curra, que cierra la bocana del puerto, y dejando libre el paso entre esta dique y el Navidad.
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